domingo, 8 de mayo de 2011

Francisco García Calderón: El Primer Peruanista



Francisco García Calderón Rey nace en Valparaíso el 8 de abril de 1883 Valparaíso, Chile - 1 de julio de 1953 Lima, Perú pero es inscrito en el Consulado peruano. Fue un filósofo, escritor y diplómatico peruano. Fue hijo del Presidente del Perú Francisco García Calderón Landa, ilustre jurista del siglo XIX y rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Con la muerte de su padre, en 1906, se mudó a París, con toda su familia.

Desde temprano, da señales de poseer un talento indiscutible. La cronología de su obra nos habla de una conspicua precocidad. La publicación de su primer libro, De Litteris, data de 1904, cuando tiene 21 años; su segunda obra, Menéndez Pidal y la cultura española, es del año siguiente. A estas menciones podrían sumarse muchas otras. García Calderón fue un autor prolífico. Títulos importantes como Las corrientes filosóficas en América Latina o Profesores de idealismo reflejan su afición por la historia del pensamiento. Otras obras con un filón más político, como Las democracias latinas en América, El dilema de la Gran Guerra, El wilsonismo o La herencia de Lenin, están a caballo entre el ensayo y la interpretación histórica.
Gestor del pensamiento acerca del Perú y América Latina, es autor de libros sobre estos temas que tuvieron una influencia fundamental en el primer tercio del siglo XX. Destacan su Le Pérou Contemporain (1907), Les Democratices Latines de l’Amérique (1912) y La Creación de un continente (1913), todas estas obras fueron publicadas en Europa, donde residía habitualmente. Sus obras fueron varias veces reimpresas, al igual que sus ensayos filosóficos, políticos y de actualidad. En su tiempo se le consideró líder de la intelectualidad americana y continuador de la obra del uruguayo Enrique Rodó.

En la historia de los hombres que forjaron nuestra Patria, merece un lugar relevante la figura de Francisco García Calderón, miembro conspicuo de la generación del novecientos, que comienza a formular los proyectos modernos en nuestro país. La obra de este pensador y escritor propugna que el campo cultural se convierta en el eje específico de la identidad nacional.
Francia representaba el espíritu de las luces en su máxima expresión. De allí, García Calderón ha tomado no sólo las referencias literarias, sino, además, el ejemplo ciudadano de algunos personajes del mundo intelectual francés.
Además, García Calderón funda la idea del Perú en términos conceptuales. Sin embargo, su lenguaje está desprovisto del rigor y la especificidad, por su carácter fundacional. Conectado más bien con Rodó o Ugarte, García Calderón sigue en la línea del ensayo. En las páginas de sus obras se hallan mezcladas la belleza literaria con la agudeza.
La creación de un continente fue publicada en 1913. Tiene un carácter múltiple. Contiene ante todo la historia de las tentativas por unir el destino de los países latinoamericanos. Tratados, alianzas y acuerdos que en su mayoría no llegaron a cristalizarse son los antecedentes de una realidad por la cual muestra una enorme simpatía. Las posibilidades de la unión deben acentuarse.Para García Calderón, es importante descubrir lo latinoamericano descartando aquello que no es tal. Somos latinos, ante todo. Esto implica que no somos sajones. La diferencia bien establecida entre la América Sajona y la América Latina es una condición que debe acentuarse. Los latinos apostamos por organizaciones políticas unitarias, mientras que los sajones son federalistas. Para el autor, Estados Unidos representa un problema fundamental. Deja traslucir una cierta desconfianza por los aires colonialistas de dicha nación. Sus cargos contra el carácter falaz de la doctrina Monroe constituyen casi un tópico en el principio de la obra.García Calderón recoge las preocupaciones de sus antecesores, a algunos de los cuales no teme en denominar “maestro”, como Rodó, y reproduce algunas explicaciones racistas, como las de Oliveira Lima, que versan sobre el arribismo del mulato o la ociosidad del criollo.En esta obra, García Calderón nos habla de un nacionalismo urgente. Un nacionalismo que se basará en una condición negativa. Es decir, el nacionalismo posee un elemento defensivo. Fortalecemos la cultura nacional para evitar la penetración cultural extranjera. Pero el nacionalismo del cual habla García Calderón es de un carácter netamente criollo. Nunca se apunta claramente a qué valores distintos podemos apelar. Y dicha actitud se explica porque el intelectual rechazaba plantear el reconocimiento a la cultura indígena. Cuando se menciona la grandeza del pasado, se soslaya intencionalmente el pasado indígena. Cuando se aborda el problema nacional, se evita plantear el papel del indio en el entramado futuro.Ideales racistas que se ocultan detrás de un proyecto político y, al mismo tiempo, herederos de la antropología positivista del siglo XIX. Aquí, García Calderón ha postulado una de las primeras formas nacionalistas, aunque su carácter sea netamente conservador: la afirmación de una minoría (la criolla) y a partir de ella construir una idea de patria. Este parece constituir uno de nuestros primeros proyectos serios y conservadores de la política.

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